El narcisismo

Así como Narciso, quien estaba enamorado de su reflejo, existen personas que poseen una serie de características que las hacen ser narcisistas. Sin embargo, estos rasgos pueden pertenecer a  personas con una personalidad más adecuada o pueden ser parte de sujetos con un trastorno de personalidad narcisista, en donde el sujeto sobreestima sus habilidades, es muy egocéntrico y poco empático con los demás. Este desorden grave de la personalidad es frecuente en el campo de la psiquiatría y apunta a personas que se muestran superiores a los demás, pues poseen una gran necesidad de sentirse importantes, exitosos y admirados por todo el mundo.

Algunos de los criterios utilizados para diagnosticar a alguien con un trastorno narcisista de la personalidad, en base al Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, son los siguientes:

  1. Poseer un sentido grandioso de su propia importancia.
  2. Fantasea con temas como éxito, poder, brillantez, belleza, o amor ideal.
  3. Se considera especial y único, de manera que sólo puede relacionarse con otras personas especiales, de su mismo status.
  4. Necesita excesiva admiración (este síntoma denota baja autoestima).
  5. Valora y protege sus propios derechos, piensa que se le tiene que dar un trato especial y que sus deseos tienen que ser aceptados de inmediato por los demás.
  6. Es explotador con las demás personas, aprovechándose de ellos para conseguir sus fines personales. Espera que se le dé todo lo que quiere, sin importar lo piensen o deseen los demás.
  7. No posee empatía y posee dificultades a la hora de reconocer o identificar las necesidades y sentimientos de los demás.
  8. Es frecuentemente envidioso de los otros y puede llegar a creer que los demás le tienen envidia.
  9. Muestra actitudes y comportamientos de arrogancia, altives o prepotencia.

 

Si bien es necesario y hasta beneficioso que todos tengamos un poco de narcisismo, el trastorno narcisista de personalidad, descrito anteriormente, puede generar mucho sufrimiento, tanto en las sujetos que lo padecen (muchas veces sin siquiera darse cuenta de ellos), como en las personas que conviven con ellos, ya sea en la familia, en el trabajo o en el grupo de amistades. Si bien, las personas con este trastorno de la personalidad llegan pocas veces a psicoterapia, pues creen que están en lo correcto y que no están equivocados, esta terapia puede ayudarlos a relacionarse con otros de forma más positiva y compasiva. Sin embargo, es importante mencionar que la efectividad que tenga la psicoterapia dependerá de la gravedad asociada a este trastorno de personalidad.